¿Y a perder tres?

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Bitácora del Miércoles 11 de Febrero de 1998, Edición Vespertina.


 

«To loose one World War is a tragedy, to loose two is carelessness«.

 

Traducción :

 

«A perder uno Mundo Guerra es un tragedia, a perder dos es descuido«.

 

(Rubén Darío).

 

Acabo de leer tres artículos bitacóricos, -uno sobre el dolor, otro sobre Mozart, y el tercero sobre Usa y los hispánicos o hispanos-, y tengo la misma impresión de como si los tres fueran palabras de una misma canción triste.

Un poco anteriormente leí un extenso artículo de una lista anarquista donde se augura la destrucción del llamado «Estado Moderno Democrático» y su sustitución por una masa social amorfa e indeferenciada que lentamente volverá a estructurarse, pero ya de mejor forma seguramente.

Y no puedo evitar que todo esto me suene a apocalipsis y que me provoque esta reflexión: «Habiendo el personal que hay a ambos lados de cualquier frontera, da igual ganar o perder dos o tres guerras mundiales que ganar o perder cincuenta».

Digo esto porque lo que veo que falla en cualquiera de los niveles del mundo humano no son las estructuras sino los elementos, no la arquitectura sino los ladrillos.

El ser humano está muy mal hecho, y no hace nada o muy poco por mejorarse.

Personalmente tengo una vocación muy especial: Encontrar a personas realmente extraordinarias que sean capaces de vivir en un mundo ideal y feliz.

Y una de dos -o esas personas no existen, o su número es tan escaso que no se las encuentra ni en internet-. ¿Cómo es una persona «realmente extraordinaria»?:

Una persona realmente extraordinaria es aquella persona que posee la suficiente sensibilidad y la suficiente inteligencia para captar y coger al vuelo lo que de realmente Valioso aparezca en algún que otro momento de su vida.

¿Y qué es «lo realmente Valioso»?: Eso lo sabe todo el mundo: La Amistad y el Cariño, el Bienestar Seguro, el Dinero y la Riqueza Compartidos, el Talento y sus creaciones, y todo lo que hace a nuestra vida más Lógica y más Fecunda.

Pero no . . . -es como si todo eso fuera invisible: La gente pasa a su lado sin darse cuenta y no aprovechan las oportunidades-.

Y es que las personas son mentalmente ciegas y sordas a todo lo que no sea sus propias ideas cerebrales. Lo que vean con sus ojos u oigan con sus oídos les es totalmente imperceptible si no son repeticiones exactas de los tópicos o vulgaridades que todo el mundo conoce.

Pero, naturalmente, «lo realmente Valioso» no podrá ser nunca Vulgar, sino que por naturaleza y por narices tiene que ser siempre Extraordinario.

Conclusión: Lo que pasa es que la gente es tonta o estúpida, o sea que carece de la necesaria sensibilidad y de la necesaria inteligencia para captar y aprovechar la presencia de las Cosas Buenas.

Lo lógico sería que la aguja de una brújula apuntara siempre hacia el polo norte -que es lo que verdaderamente le conviene-, pero observen que cualquier cosilla férrica o magnética que haya en sus proximidades le hace olvidar al polo norte, -con lo que ya deja de ser una auténtica brújula-. Pues la gente es igual con respecto a la Racionalidad que se les supone: Cualquier tontería les desvía de lo que verdaderamente les conviene-.

Esto es muy triste pero es la realidad humana. Si los hispanos de Usa tuvieran como Prioridad su condición de hispanohablantes y sus intereses de emigrantes serían el grupo dueño de ese país, al que impondrían sus propias decisiones. Pero como cualquier insignificancia doméstica les desvía de esa Polarización, no tienen ninguna fuerza en ningún sitio.

Y esto mismo es predicable de todos los grupos sociales en todas partes, -menos del de lo judíos, que tampoco van muy allá de la defensa emotiva de su Estado de Israel, pero aunque sólo sea por eso son admirables, en comparación con los demás grupos sociales-.

En el caso de Mozart tenemos prácticamente lo mismo que con los hispanos: Un genio al que cualquier fruslería doméstica o social era capaz de desviarle de su polarización hacia el miesterio de la Música-.

En fin, qué se le va a hacer.

( Texto tomado de «Confesiones de un inhumano», Editorial Kronos ).

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